2 Samuel 19:1-10
Este es el resumen de nuestro estudio en 2 Samuel
19:1-10. En esta porción de las escrituras vemos a un David que estaba de luto,
a un hombre abrumado por la tristeza de haber perdido a su hijo amada Absalón.
En los dos primeros versículos del capítulo 19 de 2
Samuel leemos:
1 Joab se enteró de que el rey lloraba la muerte de
Absalón y le guardaba luto, 2 y de que la victoria de ese día se había convertido
en día de luto para el pueblo, pues todos sabían que el rey sufría mucho por la
muerte de su hijo.
Lo que debería de haber sido un día de alegría y
celebración por la victoria del ejército de David, por la tristeza que David
estaba exhibiendo, se volvió en un día de luto. Sus soldados no podían gozarse en la victoria
sobre el enemigo. No podían sentirse orgullosos de lo que habían logrado. Joab
se dio cuenta de lo que estaba pasando.
3 También se enteró de que el ejército que regresaba
entró en la ciudad en completo silencio y a escondidas, como los que
avergonzados huyen de la batalla, 4 mientras el rey se cubría el rostro y clamaba: «¡Hijo
mío, Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío!»
De nuevo, cuando lo ejércitos volvían victoriosos a la
ciudad de donde había salido se recibían con desfiles y alegría. Eran
vitoreados por los habitantes de la ciudad a donde volvían, pero en este caso,
los soldados de David tuvieron que entrar a Jerusalén a escondidas como si
ellos hubieran sido los vencidos.
Esto no era bueno para el ánimo del ejército. David
estaba en una situación difícil. Por un lado, como padre, su hijo amado había
muerto en la batalla, … Las razones en realidad no importaban. Por el otro como
rey tenía que mostrarse agradecido y alegre por los soldados leales y
sacrificados que habían arriesgado sus propias vidas por ir a pelear en su
nombre por la gloria de Dios, de Israel y para defender su reino.
Pero por la actitud que David estaba mostrando se
sintieron mal por la victoria porque David estaba abrumado con un excesivo
dolor por su hijo.
Este no es el David que se nos da a conocer a través
de las escrituras. Esta no era la primera vez que David perdía un hijo y vimos
la reacción que tuvo cuando perdió a su bebe. Recordemos lo que paso en esa
ocasión. El bebe de David y Betsabé había enfermado y David hizo lo que cualquier Padre creyente en Dios haría.
2 Samuel 12:16-24ª (RVC) 16 David
le rogó al Señor por la salud de su hijo, y ayunaba y se pasaba la noche
acostado en el suelo. 17 Los ancianos que vivían en su palacio iban
a verlo y trataban de levantarlo del suelo, pero David se negaba a levantarse,
y tampoco quería comer. 18 Siete días después, el niño murió, y sus
sirvientes temían decírselo, pues decían: «Si cuando el niño vivía, el rey no
quería escucharnos, con más razón se afligirá si le decimos que el niño ya
murió.» 19 Pero cuando David los vio hablar entre sí, se dio cuenta
de que el niño ya había muerto, así que les preguntó: «¿Ya ha muerto el niño?» Aquellos
le respondieron: «Sí, señor; ya ha muerto.» 20 Entonces David se
levantó del suelo, y se bañó y se perfumó, y se puso ropa limpia; luego fue a
la casa del Señor, y lo adoró. Después regresó a su casa y pidió de comer, y
comió. 21 Los sirvientes le preguntaron: «¿Qué es lo que haces?
Cuando el niño aún vivía, estuviste ayunando y orando, pero ahora que ha
muerto, ¡te levantas y pides de comer!» 22 Y David les dijo: «Cuando
el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba, y decía: “Tal vez el Señor se
compadezca de mí, y deje vivir al niño.” 23 Pero ahora que el niño
ha muerto, ¿de qué me sirve ayunar? ¿Acaso podría yo devolverle la vida? Yo
puedo ir a donde él está, pero él ya no volverá conmigo.» 24
Y David fue y consoló a Betsabé, su mujer, …
Como seres humanos que somos es natural y necesario
que sintamos un profundo dolor ante la muerte de nuestros seres amados. Pero como cristianos debemos de tener cuidado
que no vayamos a caer en lo que se puede describir como un duelo excesivo, por
nuestro propio bien y por el bien de quienes aún nos necesitan para que los
consolemos y ayudemos a pasar por este tiempo de dolor y angustia.
Algunos Cristianos en tiempos de muerte o en tragedias
se lamentan como aquellos que no tienen esperanza en Dios y eso está mal. No
estamos hablando de sentir dolor y duelo y llorar por la pérdida de un ser
amado, eso es natural, sino de permitirnos perdernos totalmente en el dolor que
se nos olvida que quedan aquí en la tierra quienes nos necesitan y a quienes
demos amar y consolar y fortalecer.
La Biblia a través
de la pluma de Pablo advierte a los cristianos acerca de esto. Los
tesalonicenses estaban preocupados por los que estaban muriendo entre ellos
antes de la segunda venida de Jesucristo e inspirado por el Espíritu Santo
Pablo les escribe…
1 de Tesalonicenses 4:13-18 (RVC) 13 Hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber
lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que
no tienen esperanza. 14 Así como creemos que Jesús murió y resucitó,
así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él. 15 Les
decimos esto como una enseñanza del Señor: Nosotros, los que vivimos, los que
habremos quedado hasta que el Señor venga, no nos adelantaremos a los que
murieron, 16 sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de
mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo
resucitarán primero. 17 Luego nosotros, los que aún vivamos y
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para
recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre. 18
Por lo tanto, anímense unos a
otros con estas palabras.
5 Entonces Joab se dirigió al palacio, y le dijo al
rey: «Hoy has cubierto de vergüenza a todos tus siervos, los cuales han luchado
por salvarte la vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la de tus
mujeres y concubinas. 6
Con tus lamentos nos demuestras que amas a los que te aborrecen, y aborreces a
los que te aman. Con tus lamentos nos das a entender que ninguno de nosotros te
importa nada, y que, si Absalón estuviera vivo y nosotros muertos, tú estarías
feliz.
Ahora, estoy seguro de que esto no era lo que estaba
en el corazón de David, pero esto es lo que su comportamiento estaba diciendo a
sus hombres, asi que Joab le da un consejo muy sabio a David.
7 Levántate ahora mismo y ve a hablar con los hombres
que te han sido fieles. Agradéceles su esfuerzo. Te juro que, si no lo haces,
esta misma noche no quedará un solo hombre que te apoye. ¡Y eso será peor que
todos los males que te hayan ocurrido desde tu juventud hasta la fecha!»
Necesitas levantarte y animar a quienes quedan vivos o
se te van a rebelar y te dejarán y no volverán a estar allí para ti como lo han
estado hasta ahora. Y David recibió y actuó de acuerdo con el consejo recibido.
Y de nuevo vemos aquí la disponibilidad de David de
recibir consejo y de ponerlo en práctica, cosa que como rey no tenía porque
hacer, pero en su corazón de humildad decidió hacer en varias ocasiones.
8 El rey se levantó y fue hasta la puerta. Y cuando su
ejército supo que el rey estaba sentado a las puertas de la ciudad, todos
fueron a ponerse a sus órdenes. Mientras tanto, los israelitas habían huido,
cada uno a su casa.
Noten la respuesta de los hombres de David al verlo de
nuevo en el lugar que como rey le correspondía estar. Inmediatamente se ponen a
sus órdenes y están listos una vez más para seguir su liderazgo.
Mis hermanos como cristianos tenemos que aprender a
lidiar con las adversidades de esta vida agarrados de la mano de Dios, por
nuestro bien y por el bien de aquellos que nos ven a nosotros para saber cómo
lidiar con las adversidades en sus vidas.
De nuevo, debemos dar a nuestro cónyuge, nuestros
hijos, nuestra familia, nuestros vecinos un ejemplo de cómo lidiar con las
adversidades agarrándonos firmemente de la mano de Dios.
9 Entre las tribus de Israel se suscitó una gran
disputa, pues decían: «El rey que luchó contra nuestros enemigos, y que nos
libró de los filisteos, ahora ha huido del país por miedo a Absalón. 10 Y Absalón, a quien habíamos consagrado como rey, ha
muerto en la batalla. ¿Por qué no se pronuncian en
favor de que el rey David regrese?»
Recuerden, todos habían estado de acuerdo con Absalón
de que David no era apto para seguir reinando sobre ellos y decidieron ungir y
consagrar a Absalón como rey, aunque David era el ungido de Dios.
Ahora que Absalón ha muerto y se acuerdan de todo lo que David
había hecho por ellos y empiezan a preguntar quizás a quienes los
habían convencido de que Absalón debía reinar sobre ellos ¿Por qué no se pronuncian en
favor de que el rey David regrese?
Y parece ser que quienes más se oponían a su regreso
eran los de su misma tribu, porque ellos recibieron a Absalón en Jerusalén con
los brazos abiertos. Al saber que David ahora iba a regresar y volvería a
reinar en Jerusalén los estaba llenando de temor.
Esto me recuerda a la gente que se dice ser creyente
en Cristo pero que cuando se habla de su inminente regreso se llena de temor al
pensar que pudiera suceder en cualquier momento.
¿Cuál puede ser la causa por la que sienten ese temor?
Sera que como el pueblo de Israel ¿se han rebelado contra su rey? ¿Que no lo
han honrado como deberían hacerlo? ¿Que no le han dado en su vida y corazón el
lugar que El Rey merece tener?
El Señor nos advierte que debemos estar siempre listos
para recibirlo porque no sabemos cuándo va a volver...
Mateo 24:42-46 42 Por tanto, estén atentos, porque no saben a qué hora va a venir su
Señor. 43 Pero sepan esto, que si el dueño de la casa supiera a qué
hora va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no dejaría que robaran su
casa. 44 Por tanto, también ustedes estén preparados, porque el Hijo
del Hombre vendrá a la hora que menos lo esperen. 45»¿Quién es el
siervo fiel y prudente, al cual su señor deja encargado de los de su casa para
que los alimente a su tiempo? 46 Bien por el siervo que, cuando su
señor venga, lo encuentre haciendo así.
Mateo 25:13 13 Estén
atentos, porque ustedes no saben el día ni la hora en que el Hijo del Hombre
vendrá.
Lucas
12:39-40 35»
Manténganse listos, con la ropa puesta y con su lámpara encendida. 36
Sean como los siervos que están pendientes de que su señor regrese de una
fiesta de bodas: en cuanto su señor llega y llama, ellos le abren enseguida. 37
¡Dichosos los siervos a los que su señor encuentra pendientes de su regreso! De
cierto les digo que se ajustará la ropa, los hará sentarse a la mesa, y él
mismo vendrá a servirles. 38 Dichosos los siervos a los que su señor
encuentre así, aunque llegue a la medianoche o en la madrugada. 39 Pero
esto deben saber: si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el
ladrón, estaría pendiente y no permitiría que robaran su casa. 40 También
ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando ustedes
menos lo esperen.»
Lo único que puede
causar ese temor es el no sentirse listo para el encuentro con El Señor.
Si seguimos los consejos de nuestro Señor Jesucristo
no tendremos porque sentir temor al hablar de su inminente regreso; al contrario,
podremos decir como Juan en el Apocalipsis.
Apocalipsis
22:20 (RVC) 20 El
que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente, vengo pronto.» Amén.
¡Ven, Señor Jesús!
Si te gustaría ver
y escuchar el estudio completo sigue el enlace que se encuentra en el tab que
este etiquetado "Palabras de Ánimo en Youtube" en el encabezado de
este Blog.
Que Dios les bendiga y hasta la próxima.
Lee, Comenta,
Comparte.