miércoles, 20 de septiembre de 2017

Muerte de Absalón

2 Reyes 18:1-33

Esta es una de las historias más tristes en la Biblia y quizás la prueba más grande de la vida de David; porque tiene que ver con la rebelión de su hijo Absalón, quien llegó al grado de buscar a su padre para matarlo.

En este capítulo David ha huido de Jerusalén y ahora está en Majanayin del lado oriental del Río Jordán.  Y se nos dice que...

1 David pasó revista a sus soldados, y al frente de ellos puso comandantes de mil y de cien hombres. 2 Una tercera parte del ejército la puso bajo el mando de Joab; otra tercera parte la puso bajo el mando de Abisay, que era hijo de Seruyá y hermano de Joab; y la otra tercera parte la puso bajo el mando de Itay el guitita. A todo el ejército le dijo: «También yo iré con ustedes.»

David había llegado a reconocer que su responsabilidad como rey, él debía estar con su ejército. Quizás no quería cometer el error que había cometido en 2 Samuel 11 quedándose en casa cuando debería de haber estado en la lucha. Si recuerdan esto fue lo que le presento la oportunidad de cometer adulterio con Betsabé y de llevar a cabo todas las cosas que le siguieron a este pecado.

O quizás quería estar al tanto de todo lo que pasara en la batalla porque quería cuidar de que no le fuera a pasar nada a su hijo Absalón, a pesar de lo que Absalón había hecho. El Caso es que David quería ir con su ejército a la batalla.

3 Pero sus hombres objetaron: «Tú no debes venir con nosotros. A ellos no va a importarles si nosotros huimos, o si la mitad de nuestro ejército cae en batalla; tú, en cambio, vales más que diez mil de nosotros. Lo mejor es que tú nos apoyes desde la ciudad.»

Sus hombres saben que, si David cae, cae el reino también, así que le aconsejan que se quede atrás mientras ellos van a luchar con las fuerzas de Absalón.  Y vemos aquí que David escuchó el consejo de sus hombres.

4 El rey les dijo: «Voy a seguir su consejo.» Y se quedó a la entrada de la ciudad, mientras su ejército salía en escuadrones de cien y de mil soldados.

David no era un líder terco que creía que solo lo que él decía estaba bien, sino que escuchó a sus líderes y se sometió a su consejo. Creo que hay veces en las que haríamos bien en buscar consejo de personas sabias que hay en nuestra vida antes de tomar algunas decisiones que tomamos.

Proverbios 11:14 (RVC) 14 Cuando no hay buen guía, la gente tropieza; la seguridad depende de los muchos consejeros.

Proverbios 24:6 (RVC) 6 Porque la guerra se hace con buenos planes, y la victoria se obtiene con muchos consejos.

Oír y seguir los buenos consejos de personas que son más maduras en el Señor y tienen más experiencia que nosotros es bueno. Como siempre me ha dicho mi mamá, “El que no oye consejo, no llega a viejo.”

Después de esto David llama a quienes estarán al mando de la campaña militar en contra de Absalón su hijo para darles instrucciones en cuanto a como él, David quiere que lidien con su hijo.

5 A Joab, Abisay e Itay les ordenó que, por amor a él, trataran con bondad a su hijo Absalón. Y todos los soldados escucharon lo que el rey ordenó a los capitanes acerca de Absalón.

David pide que, por amor a él, (David) fueran misericordiosos para con Absalón. David no quería que se hiciera ningún daño a su hijo amado y el intercede por el ante quienes tendrán la oportunidad de hacerle daño.  

Absalón era culpable de traición, sedición y rebeldía, pero el corazón de padre de David no quería verlo sufrir las consecuencias de su maldad.

Es como nuestro Señor Jesucristo que, aunque sabe que somos pecadores, culpables de desobedecer la Ley de Dios y dignos de castigo, de todos modos, intercede por nosotros ante aquel que puede juzgarnos y condenarnos al tormento eterno.

Y de hecho aun cuando éramos pecadores y más que eso sus enemigos, decidió venir a morir por nosotros en la cruz.

Romanos 5:6-11 (RVC) 6 Porque a su debido tiempo, cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los pecadores. 7 Es difícil que alguien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. 8 Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él. 10 Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.

Seguimos leyendo en 2 Samuel 18...    
     
6 Luego, el ejército de David salió para luchar contra los israelitas, y la batalla se libró en el Bosque de Efraín. 7 El ejército de David arremetió con fuerza contra el ejército de Absalón y les causó una matanza como de veinte mil hombres. 8 La lucha se generalizó por todo el país, pero fueron más las muertes causadas por el bosque que las causadas por la espada.

Claramente Dios no estaba con Absalón sino con David. Dios luchó por David y usó hasta a la naturaleza para vencer a Absalón. Y esta no era la primera vez que Dios hacía esto.

Éxodo 23:28 (RVC) 28 Delante de ti enviaré a la avispa, para que a tu paso despeje a los jivitas, cananeos e hititas.

Josué 10:10-11 (RVC) 10 Cuando los reyes vieron al pueblo de Israel, el Señor hizo que ellos se llenaran de gran aflicción, y así el Señor los hirió de muerte en Gabaón y los persiguió por el camino que lleva a Bet Jorón, y hasta Azeca y Maceda. 11 Mientras estos reyes huían de los israelitas, el Señor hizo que en la bajada de Bet Jorón, y hasta Azeca, cayeran granizos tan grandes como piedras, y muchos murieron. Fueron más los que murieron por causa del granizo que los muertos a filo de espada por los hijos de Israel.

Cuando Dios está de nuestra parte, hasta la naturaleza es usada por Dios para traernos la victoria porque, “si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.” 
(Romanos 8:31)    

9 En cierto momento Absalón, que montaba un mulo, se enfrentó con los hombres de David, pero el mulo se metió por debajo de las espesas ramas de una encina, y el cabello de Absalón se enredó en la encina, y Absalón quedó suspendido en el aire, mientras que el mulo siguió adelante. 10 Uno de los soldados de Joab lo vio, y fue a decirle a Joab que había visto a Absalón pendiendo de una encina. 11 Entonces Joab le dijo: «Si lo viste, ¿por qué no le diste muerte y lo derribaste? Me hubiera gustado darte diez monedas de plata y un buen cinturón.» 12 Pero el soldado le respondió: «Aun si me hubieras ofrecido mil monedas de plata, yo no las habría aceptado, pues jamás atentaría contra la vida del hijo del rey. Nosotros oímos cuando el rey les ordenó, a ti, a Abisay y a Itay, no hacerle daño al joven Absalón. 13 Además, yo habría puesto en peligro mi vida, pues al rey nada se le escapa, y tú mismo te habrías puesto en contra mía.» 14 Joab le respondió: «No voy a perder mi tiempo contigo.» Y al ver que Absalón pendía de la encina y aún estaba con vida, tomó tres dardos y se los clavó a Absalón en el corazón.

Aquí se revela el corazón de Joab hacia David y su autoridad sobre él. Parece ser que Joab veía a David como un padre indulgente que nunca corrigió a sus hijos y sabía que en este caso sería igual. Que David no haría nada en contra de la rebeldía de su hijo.

¿Y saben que? pudiera ser que Joab tenía razón, pero, aun así, no obró con justicia. Porque desobedeció una orden directa de la persona que Dios había puesto sobre él cómo autoridad.

El mismo Señor Jesucristo es ejemplo de esta sujeción a las autoridades a pesar de que las autoridades a las que se sometió eran corruptas.

Mateo 17:24-27 (RVC) 24 Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban las dos dracmas se acercaron a Pedro y le dijeron: «¿Su Maestro no paga las dos dracmas?» 25 Él les respondió que sí. Pero cuando Pedro entró en la casa, Jesús le habló primero y le dijo: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?» 26 Pedro le respondió: «De los extraños». Jesús le dijo: «Por lo tanto, los hijos quedan exentos de pagarlos. 27 Sin embargo, para no ofenderlos, ve al lago, echa el anzuelo, y toma el primer pez que saques. Al abrirle la boca, hallarás una moneda. Tómala, y dásela a ellos por ti y por mí.»

Como cristianos debemos por sujeción a Dios, también sujetarnos a las autoridades que Él ha permitido que estén sobre nosotros. Si las autoridades no nos están pidiendo que hagamos algo que ve en contra de la Palabra de Dios, o algo que sea inmoral, o contra la ley, debemos someternos a ella.

Tito 3:1 (RVC) 1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las autoridades; que obedezcan y que estén dispuestos a toda buena obra.

1 Pedro 2:13-17 (RVC) 13 Por causa del Señor, muéstrense respetuosos de toda institución humana, se trate del rey, porque es el que gobierna, 14 o de sus gobernadores, porque el rey los ha enviado para castigar a los malhechores y para elogiar a los que hacen el bien. 15 La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata. 16 Hagan uso de su libertad, pero no la usen como pretexto para hacer lo malo, sino para servir a Dios. 17 Respeten a todos. Amen a los hermanos. Teman a Dios y respeten al rey.

Y por último en:

Romanos 13:1-6 (RVC) 1 Todos debemos someternos a las autoridades, pues no hay autoridad que no venga de Dios. Las autoridades que hay han sido establecidas por Dios. 2 Por lo tanto, aquel que se opone a la autoridad, en realidad se opone a lo establecido por Dios, y los que se oponen acarrean condenación sobre ellos mismos. 3 Porque los gobernantes no están para infundir temor a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres vivir sin miedo a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás su aprobación, 4 pues la autoridad está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces sí debes temer, porque no lleva la espada en vano, sino que está al servicio de Dios para darle su merecido al que hace lo malo. 5 Por lo tanto, es necesario que nos sujetemos a la autoridad, no sólo por causa del castigo, sino también por motivos de conciencia. 6 Por eso mismo ustedes pagan los impuestos, porque los gobernantes están al servicio de Dios y se dedican a gobernar.

Ya sé, A menudo es difícil someternos a las autoridades que gobiernan sobre nosotros; especialmente si nos parece que no son dignas de nuestro respeto y sujeción; y por eso somos exhortados por el Señor a través de Pablo en...

1 Timoteo 2:1-4 (RVC) 1Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad.

Como cristianos entonces una de las cosas por las que debemos estar constantemente en oración es por las autoridades que nos gobiernan para también quienes están al frente de ellas vengan al conocimiento de la verdad y sean salvos. 
              
En los versículos 15 al 28 de 2 Samuel 18 tenemos el recuento de como muere Absalón finalmente y de cómo lo sepultan bajo un montón de Piedras. También se nos habla acerca de quienes fueron a avisarle al Rey David acerca de la muerte de su hijo. Y en los versículos 29 al 32 la fatal noticia llega a los oídos de David...

29 El rey preguntó: «¿El joven Absalón está bien?» Y Ajimaz respondió: «Cuando Joab envió al otro mensajero y a mí, vi que había una gran confusión, pero no supe de qué se trataba.»

Como rey esto no era lo que le debía estar primordialmente en la mente de David ¿Cierto? Debió haber preguntado ¿Cómo va la batalla, ganó nuestro ejército, aun soy rey, ira a ir bien para Israel? Pero como padre, su principal preocupación era Su hijo…  
         
30 El rey ordenó a Ajimaz pasar y esperar un poco. Y Ajimaz se quedó de pie. 31 En ese momento llegó el etíope, y dijo: «¡Buenas noticias para Su Majestad! Hoy el Señor ha defendido tu causa, y han muerto los que se habían rebelado contra ti.» 32 El rey le preguntó: «El joven Absalón, ¿se encuentra bien?» Y el etíope respondió: «¡Que todos los enemigos de Su Majestad, y todos los que se subleven contra Su Majestad y busquen su mal, acaben como ese joven!» 33 El rey se estremeció, y mientras subía a su cuarto, se echó a llorar y decía: «¡Hijo mío, Absalón! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Cómo quisiera yo haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío!»

Como padre no le importaba lo que Absalón había hecho, como le había faltado al respeto, como había querido matarlo, lo que le importaba era que su hijo había muerto.

Y quizás David sintió culpa por cómo se habían dado las cosas, por ser un padre indulgente, por haber dado rienda suelta a sus propias pasiones y darle un ejemplo a sus hijos que multiplicaron los pecados de ellos. Sin embargo, David hubiera deseado morir en el lugar de su hijo.

Y esto es lo que vemos que Dios hizo por nosotros, aunque le hemos fallado, nos hemos rebelado contra Él, no hemos vivido conforme a Su voluntad, Él no solo deseó poder morir en nuestro lugar, sino que eso fue precisamente lo que hizo en la persona de su Hijo Jesucristo.

Juan 3:16-17 16» Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 

Y de nuevo leemos en:  

Romanos 5:6-11 (RVC) 6 Porque a su debido tiempo, cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los pecadores. 7 Es difícil que alguien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. 8 Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él. 10 Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.

Que padre tan compasivo tenemos en nuestro Padre Celestial, que manera de mostrar su gran amor por nosotros. Estemos siempre listos para abrir la boca y testificar de ese amor a toda criatura. ¿Amen?

Que Dios les bendiga y hasta la próxima. 

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