lunes, 11 de septiembre de 2017

Meditación de Esta Mañana (Pastor Carlos Alvarado)

Salmo 32:1-11

Hoy en nuestro grupo de oración estuvimos meditando en el Salmo 32 al estilo de Calvary Chapel San Diego en Español, línea sobre línea: y pudimos encontrar hermosas verdades y maravillosas promesas de parte de Dios para quienes por fe en Cristo se nos ha dado la potestad de ser hechos hijos de Dios.

Leámoslo y meditemos en lo que este hermoso salmo tiene que decirnos.

1 Dichoso aquél cuyo pecado es perdonado, y cuya maldad queda absuelta. 2 Dichoso aquel a quien el Señor ya no acusa de impiedad, y en el que no hay engaño.

Que grandioso es saberse perdonado por Dios. Noten que no dije que grandioso es sentirse perdonado por Dios sino saberse perdonado por Dios. Quienes nos hemos arrepentido de nuestro pecado y hemos creído en el nombre de Jesús, hemos sido como dice David en este salmo, perdonados y hemos sido absueltos de nuestra maldad. Nuestro Señor cuando se le apareció a Pablo en el camino a Damasco le dijo:

Hecho 26:17-18
17 Yo te libraré de tu pueblo y de los no judíos, y quiero que vayas a ellos 18 para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás al poder de Dios; para que, por la fe en mí, reciban el perdón de sus pecados y la herencia de los que han sido santificados.”

Por lo tanto, podemos estar dichosos de que nuestro pecado ha sido perdonado; hemos sido absueltos de nuestra maldad: el Señor ya no tiene ninguna acusación en nuestra contra, y aunque aún nos somos perfectos, estamos siendo santificados y perfeccionados por el poder del Espíritu Santo de Dios día a día, hasta que un día lleguemos a ser como Él es.

Dios nos promete a través de Su Palabra en:

1 Juan 1:9
9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

Que gran contraste es esto con lo que pasa cuando decidimos no confesar nuestros pecados delante de Dios y decidimos que nos vamos a quedar callados y vamos a tratar de lidiar con la culpa y el peso de las consecuencias de nuestro pecado con nuestras propias fuerzas. Noten lo que dice David que le pasó mientras se quedó callado sin confesar su pecado delante de Dios.

3 Mientras callé, mis huesos envejecieron, pues todo el día me quejaba. 4 De día y de noche me hiciste padecer; mi lozanía se volvió aridez de verano.

Porque ahora somos hijos de Dios, él no nos puede dejar que vivamos como si nada cuando hemos pecado contra él o contra alguien. Dios nos ama demasiado como para dejarnos como estamos. Como a hijos Él nos corrige y nos disciplina porque quiere que podamos disfrutar de toda la plenitud de la vida cristiana y eso no lo podemos hacer mientras nos encontramos en pecado.

Hebreos 12:6
6 porque el Señor disciplina al que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.»

Proverbios 3:11-12
11 Hijo mío, no desdeñes la corrección del Señor; no te sientas mal cuando te reprenda. 12 El Señor corrige. al que ama como lo hace el padre con su hijo amado.

Por eso David estaba pasando por lo que estaba pasando. Era la disciplina de un padre amoroso que quiere lo mejor para su hijo amado. Y por eso somos llamados a soportar la disciplina de Dios en nuestras vidas porque es esa disciplina junto con el amor de Dios es lo que nos confirma que somos sus hijos.

Hebreos 12:7-8
7 Si ustedes soportan la disciplina, Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no discipline? 8 Pero si a ustedes se les deja sin la disciplina que todo el mundo recibe, entonces ya no son hijos legítimos, sino ilegítimos.

Seguimos leyendo en el Salmo 32:5

5 Te confesé mi pecado; no oculté mi maldad. Me dije: «Confesaré al Señor mi rebeldía», y tú perdonaste la maldad de mi pecado.

No nos sirve de nada tratar de cubrir nuestro pecado. Solo tenemos que ver lo que sucedió con Adán y Eva después de que desobedecieron a Dios. En lugar de correr a Dios y pedir perdón por su pecado optaron por tratar de esconderse de Dios, ¿y que fue lo que lograron con hacer esto? A menudo me pregunto, ¿qué hubiera pasado si Adán en lugar de culpar a la mujer simplemente se hubiera arrepentido y pedido perdón a Dios?  

Nos conviene más confesar nuestro pecado y recibir el perdón y la misericordia de Dios. Quedar libres de toda culpa y gozar de la comunión con Dios y los unos con los otros.

Proverbios 28:13
13 El que encubre sus pecados no prospera; el que los confiesa y se aparta de ellos alcanza la misericordia divina.

1 Juan 1:5-10
5 Éste es el mensaje que hemos oído de él, y que les anunciamos a ustedes: Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna. 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y vivimos en tinieblas, estamos mintiendo y no practicamos la verdad. 7 Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Las bendiciones de Dios están disponibles para quienes se acercan a Él con un corazón contrito y humillado. El nos dice en el Salmo 51 que Él no rechazará a quienes se acerca a Él con esa actitud y lejos de recibir la condenación que nuestro pecado y rebelión merecen, recibimos consuelo, sanidad espiritual y dirección para nuestras vidas.  

6 Por eso, todos tus fieles orarán a ti mientras puedas ser hallado. Aunque sufran una gran inundación, las aguas no los alcanzarán. 7 ¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad!

Esto es lo que nos promete El señor si venimos a Él tal cual somos a buscar su perdón y buscar reconciliarnos con Él por medio de Jesucristo. Él promete que estará con nosotros en las inundaciones por las que a menudo tendremos que pasar en esta vida; Él será nuestro refugio, nuestra protección, nuestra fortaleza que nos librara de la angustia, y nos dará cantos de libertad que levantaremos a Él en forma de alabanza y servirán de testimonio para quienes los escuchen.

8 «Yo te voy a hacer que entiendas. Voy a enseñarte el camino que debes seguir, y no voy a quitarte los ojos de encima. 9 No seas como los caballos ni como las mulas, que no quieren obedecer, y que hay que sujetarlos con la brida y el freno, pues de lo contrario no se acercan a su amo.»

Cuando finalmente venimos al Señor Él nos ayuda a entender Su corazón y Su voluntad para nuestras vidas. Él nos enseña los caminos rectos y buenos por los que Él quiere que caminemos, y nos brinda Su constante cuidado. Y luego Dios hace un esfuerzo extraordinario y condesciende a nosotros y como que nos ruega que no seamos tercos y obstinados como lo son los caballos y las mulas. Nos llama a que seamos obedientes a sus preceptos y mandamientos y busquemos estar siempre cerca de Él. Que maravilloso es nuestro Padre Celestial hacia nosotros ¿No es cierto?

El versículo 10 de Salmo da una exhortación más a quienes aún no han decidido venir a Dios para recibir Su perdón y misericordia, y otra promesa para quienes hemos llegado a poner toda nuestra confianza en Él.

10 Al malvado le esperan muchas aflicciones, pero la misericordia del Señor acompaña a todos los que confían en él.

El último versículo es otro llamado a quienes hemos sido justificados delante de Dios por la Sangre de Cristo a alegrarnos, a regocijarnos y a cantar cantos de alegría por lo que Dios ha hecho por nosotros y en nosotros.  

11 Ustedes, los hombres justos, ¡alégrense y regocíjense en el Señor! Y ustedes, los de recto corazón, ¡canten todos llenos de alegría!

¿Y tú, ya decidiste venir a Él, confesar tu pecado y recibir su perdón y misericordia? ¡Si así es felicidades!

Si no es así, ¿Qué te está deteniendo? Dios te ama, y quiere perdonarte y quiere darte una vida libre de culpa y un futuro con Él en el cielo. ¿Por qué no acercarte a Él hoy? Usando las Palabras de Apóstol Pablo yo te digo a ti hoy:

2 Corintios 6:2
2 Porque Él dice: «En el momento oportuno te escuché; en el día de salvación te ayudé». Y éste es el momento oportuno; éste es el día de salvación.

Habla con Él horita mismo, pídele perdón, recibe Su misericordia, Él te hará una criatura nueva porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. (Romanos 10:13)

¡Bendiciones y hasta la próxima!

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