Josué 2:1-24
A menudo cuando venimos al Señor o volvemos a los
caminos del Señor, las pruebas no se hacen esperar.
Así estaban los hijos de Israel. Apenas iban a cruzar
el Río Jordán para tomar le tierra que habían estado esperando recibir durante
400 años y su primera prueba los estaba esperando en la ciudad de Jericó.
Esta ciudad era impresionante e iba a poner a prueba
si de verdad le creerían a Dios e iban a confiar en que Él estaría con ellos y
si se mostrarían esforzados y valientes y si iban a obedecer Su Palabra.
El capítulo 2 comienza con estas palabras:
1 Desde Sitín, Josué hijo de Nun envió en secreto a dos
espías, y les dijo: «Vayan y hagan un reconocimiento de esas tierras, y de la
ciudad de Jericó.» Ellos fueron y entraron en casa de una ramera, de nombre
Rajab, y allí pasaron la noche.
Aquí se nos presenta a un nuevo personaje en esta
historia y es una mujer que la Biblia describe como una ramera o prostituta como
la llamaríamos hoy. La razón por la cual ella tiene esta profesión no se nos
dice, pero en realidad la razón por las que las personas caen en el pecado que
caen, no es de importancia para Dios.
Lo que sí es de importancia para Dios es que como
pecadores necesitamos Su perdón y en su gran misericordia Él, nos presenta con
la oportunidad de arrepentirnos y creer en Su Hijo Jesús para recibir ese
perdón.
La historia de
Rajab es una de las más inspiradoras en la Biblia. Sus acciones a favor de los espías
Israelitas dentro del territorio enemigo demostraron que ella creyó en el Dios
de Israel y su fe es alabada en el Nuevo testamento. Por ejemplo leemos en:
Hebreos 11:31 (El Salón de la Fama de la Fe) 31 Por la fe, la ramera Rajab no murió
junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías.
Santiago 2:14-26 (Se usa como ejemplo de que
nuestras obras son manifestación de nuestra fe o sea que comprueban que nuestra
fe es una fe viva.) 14
Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras?
¿Acaso esa fe puede salvar? 15 Si un hermano o una hermana están
desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día, 16 y
alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar
satisfechos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso? 17
Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta. 18 Pero
alguien podría decir: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin
obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.» 19 Tú crees que Dios
es uno, y haces bien. ¡Pues también los demonios lo creen, y tiemblan! 20
¡No seas tonto! ¿Quieres pruebas de que la fe sin obras es muerta? 21
¿Acaso nuestro padre Abrahán no fue justificado por las obras cuando ofreció a
su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe de Abrahán actuó
juntamente con sus obras, y que su fe se perfeccionó por las obras? 23
Y se cumplió la Escritura que dice: «Abrahán creyó a Dios, y eso le fue contado
por justicia», por lo que fue llamado «amigo de Dios». 24 Como
pueden ver, podemos ser justificados por las obras, y no solamente por la fe. 25
Lo mismo sucedió con Rajab, la prostituta. ¿Acaso no fue justificada por las
obras, cuando hospedó a los mensajeros y los ayudó a escapar por otro camino? 26
Pues, así como el cuerpo está muerto si no tiene espíritu, también la fe está
muerta si no tiene obras.
Rajab entonces es un personaje que nos enseña que, si
nuestra fe es una fe verdadera, irá acompañada de obras que la presentan como
tal. No para obtener nuestra salvación, sino porque ya somos salvos.
2 Pero alguien los vio, y fue a darle aviso al rey. Le
dijo: «Debes saber que unos israelitas han llegado esta noche para espiar
nuestra tierra.» 3
Entonces el rey mandó a decir a Rajab: «Saca a los hombres que han llegado a tu
casa, pues han venido a espiar nuestras tierras.» 4 Pero ella había escondido ya a los dos hombres, y
respondió: «Es verdad que unos hombres vinieron a mi casa, pero no me enteré de
dónde eran. 5
Como ya era de noche, esos hombres salieron cuando ya se iba a cerrar la puerta
de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Si van tras ellos, tal vez los
alcancen.» 6
Pero ella les había dicho a los espías que subieran a la azotea, y los había
escondido entre los manojos de lino que allí había. 7 Sus perseguidores se fueron por el camino del Jordán,
hasta los vados, y en cuanto salieron de la ciudad cerraron la puerta.
Aquí llegamos a donde mucha gente trata de señalar que Rajab mintió y Dios la bendijo, por lo
tanto, no es importante para Dios si mentimos o no. Pero ¡no es así! Eso es una
falsedad. Dios no bendijo a Rajab porque mintió, Dios bendijo a Rajab por Su
fe.
La mentira que Rajab dijo la dijo antes de expresar
que ella creía que el Dios de Israel era el dios verdadero.
Decir que Dios la bendijo por mentir sería como decir que,
si alguien viene a la iglesia ebrio, o con la novia en vez de con su esposa y
escucha el mensaje y se arrepiente y cree, Dios lo salvó por su
borrachera o por su adulterio. Eso es ridículo.
Dios lo salvó porque el individuo fue convencido por
el Espíritu Santo de que su comportamiento era pecaminoso y se arrepintió y
creyó en Jesús como Señor y Salvador.
Ahora, si ese arrepentimiento fue genuino y en verdad creyó, va a
tomar medidas para poner resguardos en su vida que lo alejen del pecado en el
que estaba viviendo.
La fe de Rajab, se manifestó en que les dijo a los espías
lo que ella había oído acerca de lo que Dios había hecho por el pueblo de
Israel, y en que les creyó a ellos que si ponía el cordel rojo en su ventana
ella y su familia serian salvos.
8 Antes de que los espías se durmieran, la mujer subió
a la azotea y les dijo: 9
«Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra. Todos los habitantes del país les
tienen miedo. Por causa de ustedes están tan atemorizados, que su ánimo está
por los suelos.
A través de las escrituras podemos ver que esto había
estado sucediendo con los pueblos por donde irían pasando los hijos de Israel desde
que salieron de Egipto.
Éxodo 23:27 (RVC) 27 Haré que mi terror te preceda, y que en
todo pueblo donde entres su gente tiemble delante de ti, y que todos tus
enemigos se dobleguen ante ti.
Deuteronomio 2:24-25 (RVC) 25
Este día comenzaré a sembrar ante ti el temor y el espanto entre los pueblos
bajo el cielo. Ellos oirán hablar de ti,
y ante ti temblarán y se llenarán de angustia.”
¿Pero cómo fue que
los Israelitas se dieron cuenta de que esto era cierto? Solo cuando dieron el
paso de fe para creer que lo que Dios les estaba diciendo era cierto y se
aventaron al ruedo.
En el Nuevo
Testamento se nos dice muy claramente que Dios está preparado para hacer
grandes y poderosos cosas para, por y en los que le aman y claro que para
amarlo se tiene primero que creer que Él existe y que es galardonador de
quienes lo buscan.
1
Corintios 2:9 (RVC) 9 Como está escrito: «Las cosas que ningún ojo vio, ni
ningún oído escuchó, Ni han penetrado en el corazón del hombre, Son las que Dios
ha preparado para los que lo aman.»
Rajab sigue
hablando de lo que Dios había hecho por los Israelitas y confirmando en los
oídos de estos dos espías que lo que el Señor les había prometido, les había
cumplido.
10 Sabemos que, cuando ustedes salieron de Egipto, el
Señor hizo que el Mar Rojo se secara al paso de ustedes. También sabemos lo que
ustedes hicieron con Sijón y Og, los dos reyes amorreos al otro lado del
Jordán, a quienes ustedes destruyeron. (Ex 14:21 y Nm 21.21-35) 11 Cuando lo supimos, nuestro ánimo decayó. Por culpa de
ustedes, ya no les queda ánimo a nuestros hombres, pues el Señor es Dios en los
cielos y en la tierra. 12
Por eso les ruego que me juren por el Señor, que, así como yo he tenido
misericordia de ustedes, también ustedes la tengan con la casa de mi padre.
Pero deben darme una señal segura 13 de que la vida de mi padre y de mi madre, de mis
hermanos y hermanas, y de todo lo que es de ellos, serán libradas de la
muerte.»
Y hora ella también al ver que todo lo que ha oído
acerca de cómo Dios ha estado con el pueblo de Israel es cierto, su fe está
siendo estimulada, pide por su vida y no solo la de ella sino también la de
toda su familia.
Ahora ellos le van dar otra cosa que hacer que va a
comprobar que su fe es real.
14 Ellos le respondieron: «Con nuestra vida respondemos
por la vida de ustedes. Si ustedes no nos denuncian, puedes estar segura de
que, cuando el Señor nos haya dado la tierra, tendremos misericordia de ti.» 15 Entonces, con una cuerda, ella los descolgó por la
ventana, porque la casa en la que vivía estaba pegada a la muralla de la
ciudad. 16
Luego les dijo: «Váyanse al monte, para que sus perseguidores no los
encuentren. Escóndanse allí unos tres días, hasta que ellos regresen; después,
podrán irse por donde vinieron.» 17 Ellos le dijeron: «Nosotros te hemos hecho un
juramento, y lo vamos a cumplir. Así quedaremos libres de culpa. 18 Pero tú debes atar este
cordón rojo en la ventana por donde nos descolgaste. Eso nos servirá de
señal cuando entremos a la ciudad. Reúne en tu casa a
toda tu familia, es decir, a tu padre y a tu madre, y a todos tus
hermanos y parientes.
El hecho de que ponga el cordón rojo muestra que tiene
fe en que lo que le están diciendo es cierto. Y ellos cumplirán su promesa.
19 Todos los que estén contigo dentro de esta
casa, estarán a salvo. Si algo les pasa, nosotros cargaremos con la culpa de
su muerte. Pero todo el que salga de las puertas de tu
casa, será culpable de su propia muerte, y nosotros no cargaremos con la culpa.
Esta es una bella imagen de lo que Dios promete y
garantiza para aquellos que hemos creído que la Sangre de Cristo nos limpia de
nuestro pecado. Mientras nos mantengamos bajo el manantial que limpia todo mal,
estaremos completamente seguros de nuestra salvación.
Los espías siguen diciéndole a Rajab...
20 Si tú nos denuncias, quedaremos libres del juramento
que nos has obligado a hacerte.» 21 Y ella respondió: «Hágase todo tal y como lo han
dicho.» Luego los despidió, y en cuanto se fueron ella ató el cordón rojo a la
ventana.
Allí esta claramente manifestada su fe. La misma fe
manifestada por Moisés cuando celebró la primera pascua.
Hebreos 11:28 (RVC) 28 Por la fe, celebró la pascua y el
rociamiento de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no llegará a tocarlos.
La misma fe que debemos manifestar nosotros en el
poder limpiador de la sangre de nuestro Cordero Pascual Jesucristo.
1 Pedro 1:1-2 (RVC)
1
Yo, Pedro, apóstol de Jesucristo, saludo a los que se hallan expatriados y
dispersos en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, y que fueron
elegidos, 2 según el propósito de Dios Padre y mediante la
santificación del Espíritu, para obedecer
a Jesucristo y ser limpiados con su sangre. Que la gracia y la paz les sean
multiplicadas.
22 Los espías se fueron al monte, y allí estuvieron tres
días, hasta que sus perseguidores, que los anduvieron buscando por todo el
camino, regresaron porque no los encontraron. 23 Los dos hombres salieron del monte, cruzaron el río,
y se fueron a ver a Josué hijo de Nun para contarle todo lo que les había
sucedido. 24 Le
dijeron: «El Señor ha puesto esta tierra en nuestras manos. Por causa nuestra,
todos los habitantes del país han perdido el ánimo.»
El testimonio de Rajab, les confirmó que lo que Dios
les había dicho era cierto y que pasaría tal y como Él lo había declarado.
De nuevo dos espías vienen con un buen reporte a los
hijos de Israel, ahora solo queda ver si ellos van a creer por fe lo que estos
espías les están diciendo o si como sus padres van a estar llenos de
incredulidad y van a tener que morir en el desierto también.
De la misma manera, nosotros debemos creer a Dios
cuando nos dice en Su Palabra que la muerte de Jesucristo en la cruz se llevó a
cabo para justificarnos y reconciliarnos por Su Sangre con el Padre.
Romanos 5:6-11 (RVC)
6
Porque a su debido tiempo, cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los
pecadores. 7 Es difícil que alguien muera por un justo, aunque tal
vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. 8 Pero Dios
muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió
por nosotros. 9 Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido
justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él. 10
Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante
la muerte de su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos
salvados por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos
regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos
recibido la reconciliación.
Y de la misma manera que la fe de Rajab se manifestó
en sus obras, nuestra fe será manifestada en nuestra obediencia y en nuestra
santa manera de vivir después de haber sido rescatados del pecado por la sangre
preciosa de Cristo.
1 Pedro 1:13-21 (RVC) 13
Por lo tanto, preparen su mente para la acción, estén atentos y pongan toda su
esperanza en la gracia que recibirán cuando Jesucristo sea manifestado. 14
Pórtense como hijos obedientes, y no sigan los dictados de sus anteriores malos
deseos, de cuando vivían en la ignorancia. 15 Al contrario, vivan
una vida completamente santa, porque santo es aquel que los ha llamado. 16
Escrito está: «Sean santos, porque yo soy santo.» 17 Si ustedes
llaman «Padre» a aquel que al juzgar se fija en lo que se ha hecho, y no en
quién lo hizo, vivan el resto de sus vidas en el temor de Dios. 18
Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron
de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro
y la plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y
sin contaminación, como la de un cordero, 20 que ya había sido
destinado desde antes de que Dios creara el mundo, pero que se manifestó en
estos últimos tiempos por amor a ustedes. 21 Por él ustedes creen en
Dios, que fue quien lo resucitó de los muertos y lo ha glorificado, para que
ustedes tengan puesta su fe y su esperanza en Dios.
Que Dios los bendiga y hasta la próxima.
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