Por Carlos Alvarado
Mateo 6:12 Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.
¿Alguna vez se han puesto a pensar en lo que le estamos pidiendo a Dios cuando decimos “perdona
mis deudas como yo perdono a mis deudores”? ¿En realidad nos gustaría que Dios
nos perdonara a nosotros como nosotros perdonamos a los demás?
Esto es algo en
lo que como cristianos debemos forzarnos a meditar. Por que si Dios me va a
perdonar a mí en la misma forma que yo perdono, quizás yo no pueda ser
perdonado. En este momento en realidad no puedo recordar a nadie a quien no le
haya perdonado sus ofensas en contra mía, pero después de leer este pasaje esta
mañana en mi tiempo de devoción y oración quiero que sepan que si me acuerdo de
alguien, he decidido que lo voy a perdonar sin ninguna medida ni reserva. Estoy
seguro que habrá algunas instancias en la que se haga difícil hacerlo, pero perdonar
a los que me han ofendido y/o a los que me vayan a ofender en el futuro no es
una sugerencia que el Señor me esta dando aquí, es de hecho un requisito para
yo poder ser perdonado por mi Padre celestial.
Lean conmigo lo
que dice el Señor en los versículos 14 & 15 de Mateo 6:14 Porque
si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial; 15 más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco
vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
¿Que quiere decir
esto? Dios nos ha perdonado para enseñarnos como debemos perdonar nosotros, El
nos ha puesto la muestra, el ejemplo, para que nosotros por el poder del Espíritu
Santo que mora en nosotros hagamos lo mismo. No es una opción mas que Dios nos
da es un mandamiento. Y es algo que Dios reitera por medio del Apóstol Pablo en
su carta a los Colosenses 3:12-13 en donde escribe:
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Pidamos siempre a Dios que nos ayude a perdonar como El nos ha perdonado a nosotros. ¿Amen?
Dios los bendiga.
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