miércoles, 29 de abril de 2015

La Herejía del Adoramiento

Por Mike Livingstone 
(Traducido al Español por Carlos Alvarado)


La gran herejía de la iglesia de estos días es que creemos que somos parte de la industria de entretenimiento. A.W. Tozer creía que esto era verdad en los años 1950s  y los  60s. Los miembros de la iglesia “quieren ser entretenidos mientras son edificados.” Él dijo esto en 1962. Tozer se  sentía afligido, desde entonces, de ver que era imposible en muchos lugares hacer que alguien fuera a las reuniones en donde la única atracción era Dios.

Más recientemente, David Platt ha preguntado: “¿que si nos deshiciéramos de la música moderna y de los asientos acojinados? ¿Qué tal si las pantallas desaparecieran y las plataformas ya no fueran decoradas? ¿Qué tal si el aire acondicionado se apagara y las comodidades desaparecieran? ¿Sería suficiente Su Palabra para que Su Pueblo se reuniera?” (Radical)

¿Sería suficiente?

Tozer estaba en lo correcto: La herejía de método es tan mortífera como la herejía de mensaje.”

SANTIDAD, NO SUPERFICIALIDAD

Como Tozer, nosotros debemos estar preocupados de que tanta gente en nuestras iglesias quiera ser entretenida mientras adora. Deberíamos estar preocupados cuando no podemos reconocer la diferencia entre las dos cosas. Y debemos de preocuparnos por la creciente creencia de que agregar más entretenimiento a la adoración es algo necesario para que la iglesia pueda llevar a cabo su misión.

Quizás sea el único, pero me entristece ver servicios de adoración que son caracterizados más por los artefactos que se usan, por las presentaciones, y por el ambiente de  espectáculo que por el sentido de sagrada divinidad; la santidad abriéndole camino a la superficialidad.

Esto no se trata de estilos de adoración. El asunto no se trata de lo tradicional contra lo contemporáneo contra una adoración mezclada. No se trata del órgano contra el grupo de alabanza. Esa discusión se pierde del punto importante completamente. Esto tiene que ver con el corazón y el enfoque y la intención de la adoración. Los verdaderos problemas para mí son estos:

1. ¿Sobre quiénW o sobre que se está poniendo la atención central?
Si la atención principal en nuestro servicio en la iglesia esta puesta en cualquier otra cosa o persona que Dios, no es adoración. Si se pone más atención sobre la presentación humana que sobre el evangelio de Jesucristo no es adoración. Si cualquier otro que no sea Jesús está recibiendo nuestra adulación y nuestro aplauso, no es a Dios a quien adoramos.

2. ¿Qué mensaje es el que estamos comunicando?
El mensaje de la iglesia—el mensaje que el mundo necesita oír de nosotros—no es, “Vengan a divertirse,” “Vengan a ser entretenidos,” o “Vengan a encontrar su mejor vida ahora.”

Tozer dijo: “Cristo llama a los hombres a cargar una cruz; nosotros los llamamos a divertirse en Su nombre.”

El mensaje de la iglesia es el mensaje de la cruz. No sea que se nos vaya a olvidar, la cruz de Jesús solo sirvió de entretenimiento para aquellos que se burlaron de Él mientras estaba colgado sobre ella.

3. ¿Cómo son transformadas las vidas?

“¡Pero si nuestros métodos están atrayendo y ganando gente!” dirán algunos.

Tozer se dirigió a este sentimiento: “¿Ganándolos a qué? ¿Al verdadero discipulado? ¿A cargar la cruz? ¿A negarse a sí mismos? ¿A separarse del mundo? ¿A la crucifixión de la carne? ¿A vivir en santidad? ¿A un carácter noble? ¿A despreciar los tesoros del mundo? ¿A auto disciplinarse? ¿A amar a Dios? ¿A un compromiso total con Cristo?”

LA PALABRA HACE LA OBRA

David Platt y la iglesia que él pastoreaba, La Iglesia en Brook Hills, decidió intentar contestar esta pregunta, “¿Es Su Palabra suficiente para para que Su pueblo se reúna?” Se deshicieron de todo lo que fuera entretenimiento e invitaron a la gente a que viniera simplemente a estudiar la Palabra de Dios. La llamaron La Iglesia Secreta. Fijaron la fecha—viernes por la tarde—cuando se reunirían de las 6:00 de la tarde hasta la media noche, y durante seis horas no harían nada sino estudiar la Palabra de Dios y orar. La gente vino. Mil personas estuvieron presentes la primera vez y creció de allí. En poco tiempo, tuvieron que comenzar a tomar reservaciones por que la iglesia estaba tan llena. La iglesia secreta ahora atrae a decenas de millares de persona vía su transmisión simultánea en más de 50 países alrededor del mundo—sin nada de entretenimiento, sin la música y las luces o máquinas de echar humo.

¿Cuál es la razón por la que vienen? Platt lo explicó en una entrevista: “La gente tiene hambre de la Palabra. En realidad no tiene nada de especial o creativo. Es solo el estudio de la Palabra…. ¡La Palabra misma hace la obra!”

La gente tiene hambre. Tienen hambre de una dieta sustanciosa, no golosinas. Mas de la Palabra. Profundizarse más en la Palabra. Menos de lo que Tozer llamó “juguetes y baratijas religiosas.”

*Las citas de Tozer están tomadas del libro “Tozer on Worship and Entertainment” por James L. Synder.


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